

Tendemos a creer que todo aquello que pensamos es cierto, pero la realidad es que tenemos muchos pensamientos que describen la realidad de forma totalmente distorsionada. Estos pensamientos se llaman distorsiones cognitivas y son errores sistemáticos en el procesamiento de la información que se producen:
- de forma automática, sin razonamiento previo.
- son irracionales e inadecuadas.
- parecen plausibles y se aceptan como válidas.
- son involunarias.
Hay distintos tipos de distorsiones cognitivas. Sigue leyendo, seguro que te suenan casi todas:
INFERENCIA ARBITRARIA
Extraer conclusiones cuando no son congruentes con la realidad objetiva.
Ejemplo: Pensar “seguro que tengo un tumor” ante un dolor de espalda que ya ha sido diagnosticado por mi médico como un simple dolor muscular. Este tipo de distorsión cognitiva responde muy bien al patrón de: “me da igual que todos me digan que no, porque yo sé que tengo razón”.
LECTOR DE MENTES
Tener la creencia de saber lo que está pensando nuestro interlocutor.
Ejemplo: Pensar “seguro que cree que soy tonto” cuando nuestro interlocutor no responde cómo esperábamos a un comentario que hemos hecho anteriormente.
ERROR DEL ADIVINO
Anticipar, sin evidencia, que las cosas van a ir mal.
Ejemplo: Pensar “seguro que voy a suspender ese examen” incluso antes de haber comenzado a estudiar para el mismo.
ABSTRACCIÓN SELECTIVA
Sesgar la información hacia un prejuicio erróneo al que le aportamos completa credibilidad. Ignorando la información objetiva que contradice dicho prejuicio.
Ejemplo: Pensar “los hombres no se comprometen” al haber tenido varias relaciones sentimentales infructuosas, sin analizar correctamente TODOS los factores implicados en dichas rupturas. Ni que, en efecto, hay muchos hombres comprometidos en el mundo.
SOBREGENERALIZACIÓN
Aplicar las conclusiones de una experiencia concreta a un conjunto más amplio basándose únicamente en las similitudes con dicha experiencia.
Ejemplo: Pensar “mi jefe nunca me valora” ante una crítica de mi jefe, cuando en realidad hacía meses que mi jefe no me hacía ninguna crítica.
PENSAMIENTO DICOTÓMICO
Percibirnos a nosotros mismos con categorías extremas (bueno/malo, tonto/listo…)
Ejemplo: Pensar “soy tonto” al sacar una mala nota en un examen. Sin tener en cuenta, los factores que han podido influir en el resultado del examen.
RAZONAMIENTO EMOCIONAL
Suponer que lo que siento refleja, necesariamente, la realidad: “Yo siento…; por tanto, yo soy…”
Ejemplo: Pensar que “soy mala persona” sólo por el hecho de sentirme culpable ante un suceso, sin tener en cuenta las circunstancias y motivos que han contribuido a que yo haya tomado esa decisión y no otra.
MAGNIFICACIÓN
Exagerar los aspectos negativos de una experiencia.
Ejemplo: Pensar “ya no podré aprobar el curso” al haber suspendido sólo un examen.
MINIMIZACIÓN
Descartar o infraestimar la relevancia de una experiencia positiva.
Ejemplo: Pensar que “mi pareja ha tenido un detalle conmigo sólo por quedar bien”.
AFIRMACIONES “DEBERÍA…”
Aplicar de modo rígido reglas sobre nuestras obligaciones o las de los demás.
Ejemplo: Pensar que “debería ser capaz de tener la casa limpia a diario” cuando realmente trabajo a jornada completa fuera de casa.
Si sientes que tu vida se rige por este tipo de pensamientos e identificas que te afectan en el desarrollo de tu vida cotidiana, en nuestro Centro de psicología Psiqué en Murcia te podemos ayudar, ¡contáctanos!
Recuerda, compartir es vivir, si te ha gustado este artículo ¡no dejes de ayudarnos a que llegue al máximo de personas posible en nuestra página de Facebook!