

La autoestima es un ingrediente fundamental para una vida exitosa y, sobre todo, feliz. Una persona puede poseer una elevada inteligencia o un gran talento, pero si carece de autoestima, al final esto supondrá un obstáculo para que pueda alcanzar todo aquello que sus capacidades le permitirían de otro modo.
Es cierto, que la autoestima, se forma en base a nuestra interactuación con el entorno y que, como padres, no podemos controlar todo que nuestro hijo ve, oye o piensa. A pesar de esto, como educadores hay muchas cosas que sí podemos hacer, ya que nuestro papel va a ser clave en el desarrollo del autoconcepto del niño que esté a nuestro cuidado. Tenemos al niño en sus primeros años de vida, un ser humano nuevo con la “pizarra limpia”. Durante estos años, lo que entrará en su mente será importantísimo y dejará, posiblemente, una marca en ellos de por vida. Así que los padres tienen una oportunidad única e irrepetible de abrir “la cuenta bancaria de la autoestima” en la cual el niño podrá ir almacenando numerosas cualidades positivas a lo largo del tiempo. En los años y décadas siguientes, esta “cuenta bancaria” se enfrentará a las experiencias negativas de la vida, las cuales son inevitables, lo que será para él mucho más sencillo si posee una buena autoestima.
¿Cómo podemos, como padres, aumentar la autoestima de nuestros hijos?
Aquí anotamos algunas recomendaciones:
1. Demuéstrele amor y afecto a su hijo. Dígale que le quiere y demuéstrele que este amor es incondicional. Establecer un buen vínculo afectivo va a ser fundamental para que el niño logre sentirse seguro, y, por consiguiente, para lograr forjar una buena autoestima.
2. Felicite a su hijo. Elogie a su hijo cuando haga algo bien, o simplemente algo que le guste. Dígale, “estoy muy orgulloso de ti”, “eres muy especial” o “me ha gustado como lo has hecho”. El refuerzo positivo es una herramienta imprescindible en la educación de los más pequeños.
3. Haga sus elogios creíbles. Es importante, sin embargo, que los elogios sean creíbles. Los elogios exagerados como: “eres el mejor del mundo entero”, “eres la persona más inteligente que existe”, etc., pueden ser contraproducentes haciendo que el niño desarrolle un ego exagerado, pudiendo interferir en sus relaciones sociales, lo que a la larga puede generar un efecto negativo en su autoestima.
4. Fije metas para su hijo. La meta debe ser alcanzable, realista (vestirse solos, conseguir una mejor calificación en un examen,…). Fijar metas que sean acorde a la edad y a las capacidades de su hijo es esencial para su adecuado desarrollo. Mientras el niño se esfuerza en lograr la meta, acompáñele y felicítele en cada paso.
5. Critique la acción, pero no a la persona. Cuando su hijo haga algo que considere inapropiado dígale qué es exactamente lo que ha hecho mal. Evite el uso de las etiquetas tales como: “eres malo”, “ eres un torpe”.
6. Tenga en cuenta los sentimientos de su hijo. Cuando su hijo sufra un golpe a su autoestima, es importante considerar sus sentimientos. Por ejemplo, si su hijo se siente ofendido por un comentario hecho por un amigo o un profesor, muéstrese comprensivo, dígale “entiendo cómo te sientes”. Una vez que el niño sienta que sus sentimientos son importantes y que se tienen en cuenta, será más fácil poder entrar a analizar la situación acontecida.
7. Siéntase orgulloso de su hijo. Tendemos muchas veces a focalizar nuestra atención mucho más en lo negativo que en lo positivo, lo que ocurre muy frecuentemente con nuestros hijos. Por ello, recuerde decirle aquello que sí le gusta de él, y exprésele lo orgulloso y afortunado que se siente siendo su padre.
8. Hable positivamente de su hijo, especialmente a la gente importante de su vida, como abuelos, profesores, amigos etc.
9. No compare a su hijo con otros niños. Evite comentarios como “¿por qué no eres como tu amigo Pablo?”. Y cuando tales comparaciones son hechas por otras personas en presencia de su hijo, intente tranquilizarle y decirle que él también es especial y poseedor de otras cualidades positivas.
10. Mejore su propia autoestima. Como sabemos, gran parte de lo que nuestros pequeños aprenden se produce observando a sus mayores. Así, por ejemplo, si su hijo ve que usted también comete errores, se equivoca sin es que eso suponga una merma a su autoestima, sino un aprendizaje en su vida, es muy probable que él termine actuando de este mismo modo. Necesitamos vernos a nosotros de forma positiva para poder lograr mejorar la autoestima de nuestros hijos.
Si quieres ayudar a tus hijos a construir una autoestima fuerte dándose el valor que se merecen, puedes preguntarte antes si tu posees un autoconcepto positivo. Si la respuesta es sí, felicidades, es probable que este camino sea menos arduo para ti. Si la respuesta es no, felicidades también, ya has sido consciente de ello y, por tanto, has dado el primer paso para poder ponerle solución. Pide ayuda si es necesario, y empieza a trabajar en ese autoconocimiento desde la amabilidad que, muy probablemente, pueda permitirte reconciliarte contigo mismo y forjar así una buena autoestima.
Si crees que podemos ayudarte, ¡ponte en contacto con nosotras!
Este post ha sido realizado por nuestra compañera Ana Pérez 🙂