

Ahora que medio país está de vacaciones y el otro medio acaba de volver, me parece interesante hablar de los beneficios psicológicos de disfrutar tus vacaciones, para que los afortunados que las estéis viviendo podáis disfrutarlas al máximo y para que aquellos que ya habéis vuelto, podáis manejar mejor la nostalgia o lo que popularmente se conoce como “depresión postvacacional”.
5 beneficios psicológicos
1. Cambiar de rutina ayuda a desconectar el piloto automático, en nuestro día a día generalmente nos movemos como si nos hubieran dado al “ON” por la mañana. Hacemos una serie de movimientos estereotipados y visitamos lugares predeterminados casi sin darnos cuenta. Tenemos la sensación de que los días se pasan rápido, casi todos se parecen entre ellos y a veces nos sentimos más como autómatas que personas. Las vacaciones ayudan a que tomemos decisiones totalmente diferentes en nuestro día a día, generalmente orientadas al disfrute. Matamos dos pájaros de un tiro, nos hacemos conscientes de las decisiones que tomamos, de lo que hacemos y encima las disfrutamos.
2. Los días son mucho más largos, paradójicamente cuando disfrutamos tenemos una percepción del tiempo un tanto extraña, por un lado los días se hacen largos porque nos da tiempo a hacer muchas cosas y, por otro lado, al disfrutar el tiempo pasa rápido. Es genial tener esta sensación. Gracias a esto, una semana de vacaciones puede dar mucho de sí. Aprovecha sus beneficios psicológicos.
3. Podemos disfrutar de las personas que tenemos cerca: pareja, amistades, hijos… Invertir tiempo en disfrutar de estas compañías puede ser la gran estrella de las vacaciones. Generar experiencias, recuerdos y sensaciones positivas que te acompañarán el resto de tu vida.
4. Las vacaciones también sirven para pasar más tiempo con uno mismo. Y sí, las vacaciones son para pensar, por qué no. Estar más relajado y fuera de tu contexto habitual te ayudará al diálogo interno, a tomar conciencia de lo que uno necesita o quiere en el futuro y cómo conseguirlo. Las vacaciones pueden ser una gran inyección de motivación y este es otro de sus principales beneficios psicológicos.
5. Por último, y no menos importante, las vacaciones sirven para echar de menos tu rutina, para que un día empiece a apetecerte hacer aquello que haces todo el año. Esta sensación es la mejor profilaxis para la depresión postvacacional. ¿Si tienes ganas de volver, cómo te vas a deprimir? Está en tus manos disfrutar tanto de tus vacaciones y cambiar tanto de rutina que los tambores de la estabilidad empiecen a sonar a lo lejos 😉
Si sientes que tus vacaciones te están sirviendo o te han servido para por lo menos alguno de estos puntos, estás de enhorabuena. Te has dejado hechizar por el encanto de las vacaciones. Y si no ha sido así, ¿a qué esperas?